¿Por qué necesitas un certificado gemológico?
Cuando compras una joya con diamantes o piedras preciosas, necesitas tener la certeza de que lo que estás adquiriendo es auténtico. Un certificado gemológico es tu garantía de autenticidad, emitido por un gemólogo titulado que analiza y verifica cada característica de la gema. Este documento es especialmente importante si no tienes experiencia en joyería.
Piensa en el certificado como el DNI de tu joya. Del mismo modo que identificas a una persona, este documento identifica y describe tu diamante o piedra preciosa con total precisión. Es fundamental que toda joya con diamantes y piedras preciosas venga acompañada de este certificado, especialmente en compras importantes como un anillo de compromiso de diamante.
Hay algo crucial que debes saber: la gema debe certificarse antes de ser engastada en la joya. Una vez montada, solo se pueden hacer valoraciones aproximadas, que nunca tendrán el mismo valor que un certificado gemológico completo. En nuestra joyería, todos los anillos de diamantes a partir de 0,30 quilates incluyen su certificado gemológico correspondiente.
Qué debe incluir el certificado de un diamante
El certificado gemológico de un diamante es muy completo y detalla información específica que garantiza su autenticidad. Debe indicar si se trata de un diamante natural, sintético o tratado, además de especificar su color y nivel de pureza según las escalas internacionales. También incluye el peso exacto con dos decimales y la forma de la talla que tiene el diamante.
La calidad de la talla es otro aspecto fundamental que aparece certificado. Esto incluye la evaluación de la simetría, el pulido y el corte del diamante, factores que influyen directamente en su brillo y valor. El certificado también recoge las medidas exactas en milímetros y, si existe, el nivel de fluorescencia que presenta la piedra bajo luz ultravioleta.
Además, encontrarás un diagrama o dibujo del diamante donde se señalan las inclusiones o impurezas que pueda tener, incluso en diamantes de alta pureza. Por último, el documento debe estar firmado por el gemólogo titulado que realizó el análisis o, en caso de certificados internacionales como el GIA (Instituto Gemológico Americano), incluir un código de barras único para verificar su autenticidad.

Certificación de otras piedras preciosas
Si tu joya tiene rubíes, zafiros o esmeraldas, el certificado gemológico también es imprescindible. Debe especificar el tipo exacto de gema y su forma de talla, además de incluir información sobre su procedencia geográfica, un dato muy valorado en piedras preciosas. La calidad se evalúa en función del color y las inclusiones naturales características de cada piedra.
El certificado incluye el peso de la gema, sus medidas exactas y una evaluación de la calidad de la talla. También describe la forma específica que tiene la piedra: oval, redonda, cojín, esmeralda, entre otras. Como en el caso de los diamantes, debe estar firmado por un gemólogo titulado que garantice la veracidad de toda la información proporcionada.
Es importante que sepas que cada tipo de piedra preciosa tiene características únicas de evaluación. Por ejemplo, en los rubíes se valora especialmente el tono del rojo, mientras que en los zafiros el azul puede variar considerablemente. Las esmeraldas, por su parte, casi siempre presentan inclusiones naturales que son parte de su identidad y autenticidad, no defectos.

Diferencia entre certificado gemológico y certificado de joya montada
Aquí está la clave para que no te confundan: un certificado gemológico auténtico se hace siempre con la gema suelta, antes de engastarla en la joya. Un «certificado de joya montada» es muy diferente, ya que se realiza con la piedra ya engastada, lo que impide hacer mediciones exactas y solo permite valoraciones aproximadas que carecen de la precisión del certificado gemológico.
Imagina que quieres certificar un colgante de diamante ya montado en un chatón. El gemólogo no puede acceder completamente a la piedra para medirla con precisión, pesarla con exactitud o evaluar todas sus características. Por eso, este tipo de certificación solo sirve como referencia aproximada, pero nunca como garantía completa de autenticidad.
Cuando compres una joya, asegúrate de que te entreguen un certificado gemológico verdadero, no solo un certificado de joya montada. Pregunta siempre si la gema fue certificada antes del engaste. Esta simple pregunta puede ahorrarte disgustos y garantizar que estás invirtiendo en una pieza auténtica con el valor real que esperas obtener por tu dinero.





