Guía de los Diamantes, las 4Cs
Los diamantes desde un punto de vista gemológico se caracterizan por las denominadas 4C. Estas son, en su término inglés, el CARAT (peso), COLOR (color), CLARITY (pureza) y CUT (corte o talla).
No obstante existen otras características que son de vital importancia a la hora de seleccionar la gema que deseamos, y por tanto definir la calidad. Entre ellas están la existencia o no de FLUORESCENCIA y la CALIDAD DE LA TALLA en sus tres aspectos más importantes: SIMETRIA, PULIDO y PROPORCIONES.
Un diamante nunca se puede valorar por una única característica, el valor de esta gema la da el conjunto de todas ellas. Para una mayor claridad se exponen a continuación cada uno de los aspectos mencionados con anterioridad para definir con claridad la denominada Características Diamantes.
Especialmente importante es tener un cierto conocimiento por parte de los novios, ellos muy posibiemente cuando van a hacer la pedida de mano desconocen el mundo de la joyería, por ello en nuestra colección de joyas entregamos todos nuestros anillos de diamantes con su correspondiente certificado gemológico.
Lo primero que conviene decir es que al hablar de las formas de los Diamante tallado estamos mencionando el mineral según está en la naturaleza, no de la forma en la que será tallado con posterioridad. Esta gema es simplemente carbono puro y con características propias, y que en base a su morfología se podrá tallar en una u otra forma comercial.
Esto es importante en la medida de que para muchas personas existe la confusión al pensar que diamante y brillante es lo mismo, cuando en realidad un brillante es un diamante que se ha tallado en forma redonda (no dejando de ser un mineral).
De igual forma deberemos diferenciar la “talla del diamante” de la “calidad de talla”; si bien estos dos conceptos están íntimamente relacionados. Para entender de manera sencilla este concepto nos podemos referir a la talla brillante.
La forma es la misma, es decir redonda, pero existen diferentes formas de tallar en forma de brillante, una y fundamental es la profesionalidad y experiencia del tallador, la otra son las posibilidades que otorga el mineral en bruto .
En la imagen siguiente podemos observar como las gemas de talla brillante, es decir, con la misma forma, se han tallado de manera diferente. El de la izquierda tiene 129 facetas y el de la derecha 57, siendo este último el denominado talla moderna.
1. Peso y medida del diamante
Como ya hemos mencionado, el peso se expresa en Carat (cts), aunque de manera más coloquial utilizamos la palabra quilate. Un carat (cts) son 0.20 gramos. La unidad más pequeña utilizada para representar el peso es la centésima, siendo que cien centésimas es igual a un kilate, es decir, una centésima de quilate la representamos en 0,01 cts o quilate.
El peso debe tener su correspondencia con la medida. Si se cumple la relación peso-medida es un indicio de que la calidad de talla es correcta. La calidad de la talla es uno de los aspectos que cada día tienen más importancia.
No podemos determinar que un diamante es bueno porque su color y pureza sea extraordinaria; si tiene una mala talla su valor bajará debido a que el mercado cada día exige más una calidad de talla extraordinaria, mínimo VERY GOOD en sus tres apartados fundamentales (simetría, pulido, proporciones).
En el siguiente cuadro podemos ver, de manera indicativa, la relación peso-medida para la talla brillante. Estas características son de suma importancia a la hora de saber si la talla nos aportará una buena calidad y por tanto que permita un brillo intenso.
2. Pureza de los Diamantes
La claridad (o también llamada pureza), es otro aspecto a destacar. Cuantas menos inclusiones (impurezas) tenga un diamante más valorado (siempre teniendo presente el conjunto de todas las características gemológicas) será.
Desde un punto de vista gemológico, y en lo relativo a la pureza, la calidad/pureza es analizada con lupas de 10 aumentos (y otros instrumentos gemológicos), siendo este tipo de lupas las que oficialmente determinan la pureza (ni menor o mayor aumento).
Si con lupa de mayor aumento vemos inclusiones en ningún caso se caracteriza si las mismas no son vistas a 10 aumentos. El análisis se debe de realizar bajo condiciones idóneas de luz.
Se considerará que es PURO cuando bajo las condiciones indicadas carecen de inclusiones. Los grados de pureza por tanto están determinados por las inclusiones existentes así como por la localización de éstas en la gema.
De izquierda a derecha podemos observar en el cuadro adjunto los diferentes grados de pureza existentes, siendo el denominado FL (Flawless) el más puro, y los clasificados como I1-2-3 (PIQUE) los menos puros.
3. Color de los Diamantes
La N a la R están los de color amarillo muy claro y el resto de color amarillo claro. Existiendo diferentes escalas para determinar el color de esta gema preciosa, en este apartado hablaremos de la escala de colores más extendida y reconocida mundialmente, la establecida por el Instituto Gemológico Americano.
El Color se establece a través de la comparación con una escala patrón. Por lo general los gemólogos tenemos un testigo denominado masterstone con los colores según la GIA con el fin de determinar esta importantísima características gemológica. Estos colores van desde el más blanco hasta el más amarillo.
Al hacer un diamante el análisis se realiza con diamantes testigo y se clasifica según color. La GIA estableció una escala a través del abecedario, siendo el color D el más blanco y la Z el más amarillo.
Cuanto más blanco sea tendrá más valor en el mercado a igualdad del resto de características. Aquellos que van desde la letra D a la F se consideran incoloros, de la G a la J casi incoloros, desde la K a la M sobresale un cierto tinte amarillo, a partir de ahí los tonos amarillo canario se van acentuado y los precios bajan con fuerza.
La N a la R están los de color amarillo muy claro y el resto de color amarillo claro. Existiendo diferentes escalas para determinar el color de esta gema preciosa, en este apartado hablaremos de la escala de colores más extendida y reconocida mundialmente, la establecida por el Instituto Gemológico Americano.
El Color se establece a través de la comparación con una escala patrón. Por lo general los gemólogos tenemos un testigo denominado masterstone con los colores según la GIA con el fin de determinar esta importantísima características gemológica. Estos colores van desde el más blanco hasta el más amarillo.
Al hacer un diamante el análisis se realiza con diamantes testigo y se clasifica según color. La GIA estableció una escala a través del abecedario, siendo el color D el más blanco y la Z el más amarillo.
Cuanto más blanco sea tendrá más valor en el mercado a igualdad del resto de características. Aquellos que van desde la letra D a la F se consideran incoloros, de la G a la J casi incoloros, desde la K a la M sobresale un cierto tinte amarillo, a partir de ahí los tonos amarillo canario se van acentuado y los precios bajan con fuerza.
4. Calidad de talla de los diamantes
Este apartado lo podemos dividir claramente en dos aspectos básicos. Por un lado tenemos la Calidad de Talla y por otro la Forma, la primera influye en la calidad del diamante tallado, la segunda está referida a la fórma física en la que está tallado (talla princesa, corazón, brillante ...etc).
Es bueno aclarar esto por cuanto no todo el mundo hace esta diferenciación, no pudiéndose confundir al ser dos cuestiones distintas. Por tanto, considero necesario hablar por separado de ambos aspectos.
Calidad de Talla: En la actualidad el mercado del diamante valora cada vez más la Calidad de Talla; no conviene olvidar que en base a ésta tendrá más o menos brillo, siendo sin duda uno de los aspectos más valorados por el consumidor.
Al tallar se han de tener en cuenta aspectos tales como la forma que tiene originalmente en bruto y qué peso nos permite obtener una vez tallado.
Por lo general un diamante pulido tiene un peso de entre el 25 y el 35% de lo que era en bruto originalmente. Por tanto el tallador, junto con el propietario de la gema, han de estudiar la gema en bruto y ver cómo se habrá de tallar para sacar la máxima rentabilidad.
5. Proporciones de la talla Brillante
Sin duda habrá que tener en cuenta que cuanto más pese, su valor será mayor, por tal motivo hay quienes prefieren sacrificar la calidad de talla en beneficio de un mayor peso.
No obstante dicha práctica cada día va a menos por cuanto, y como se ha dicho, una talla excelente tiene un precio más elevado que uno de inferior calidad, por tanto el diferencial que pierde por un menor peso al tallarlo adecuadamente compensa la pérdida de peso.
Desde el punto de vista gemológico la talla se realiza teniendo en cuentra tres características fundamentales: LA SIMETRIA, EL PULIDO y LAS PROPORCIONES.
Éstas en su conjunto hacen que el diamante tenga más o menos brillo.
6. Formas del diamante
Lo primero que conviene decir es que al hablar de las formas de los Diamante tallado estamos mencionando el mineral según está en la naturaleza, no de la forma en la que será tallado con posterioridad. Esta gema es simplemente carbono puro y con características propias, y que en base a su morfología se podrá tallar en una u otra forma comercial.
Esto es importante en la medida de que para muchas personas existe la confusión al pensar que diamante y brillante es lo mismo, cuando en realidad un brillante es un diamante que se ha tallado en forma redonda (no dejando de ser un mineral).
De igual forma deberemos diferenciar la “talla del diamante” de la “calidad de talla”; si bien estos dos conceptos están íntimamente relacionados. Para entender de manera sencilla este concepto nos podemos referir a la talla brillante.
La forma es la misma, es decir redonda, pero existen diferentes formas de tallar en forma de brillante, una y fundamental es la profesionalidad y experiencia del tallador, la otra son las posibilidades que otorga el mineral en bruto .
En la imagen siguiente podemos observar como las gemas de talla brillante, es decir, con la misma forma, se han tallado de manera diferente. El de la izquierda tiene 129 facetas y el de la derecha 57, siendo este último el denominado talla moderna.

7. El precio del diamante según la forma y calidad de la talla
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la forma redonda tiene un sobre precio de entre un 20 y un 30% en relación al resto de formas. Esto se explica por tres razones fundamentales.
La primera es porque la forma redonda no permite aprovechar el diamante en bruto como el resto de formas, la segunda es por el mayor número de facetas que tiene la forma redonda (ello conlleva más trabajo y especialización por parte del tallador) y por último porque la forma redonda es, por mucho, la más demandada.
Dicho esto conviene decir que hoy en día la calidad de la talla del diamante es uno de los elementos que más importancia tienen en el mercado de esta gema preciosa.
La calidad va a depender de unos estándares establecidos en función de sus proporciones, de la simetría y de la calidad del pulido. Estos tres factores hacen que diamante tallado tenga más o menos vida (forma coloquial de indicar la luz que refleja). A continuación se adjunta un dibujo en el que podemos ver las proporciones ideales de un diamante talla brillante:

Si bien la forma brillante es la más conocida, existen muchas otras que se tallan en base a la forma del diamante en bruto con el fin de aprovechar al máximo el diamante. En el cuadro siguiente podemos ver las más comunes con su nombre en inglés:

8. La fluorescencia de los diamantes
Existen diamantes que expuestos a luz ultravioleta emiten un color azulado (aunque existen otros tonos); no siendo éste el único color de los diamantes con esta característica, si es el que más predomina seguido del verde.
La mayor parte de este tipo de diamantes a luz natural no nos muestra color alguno sino el del propio diamante. Para poder determinar el nivel de fluorescencia de los diamantes se hace necesario el examen del diamante por un gemólogo.
Aproximadamente un 35% de los diamantes naturales tienen en mayor o menor medida fluorescencia. La mayor parte de aquellos que sí tienen fluorescencia no son detectados a simple vista.
En el siguiente cuadro podemos observar la clasificación de los diamantes en función de su fluorescencia. Para saber si un diamante tiene o no fluorescencia hay que verlo bajo luz ultravioleta.

Ventajas y desventajas de la fluorescencia

Los diamantes con fluorescencia fuerte (STRONG o STRONG BLUE) mejoran visualmente su color. Un diamante de color K con fluorescencia fuerte puede aparentar ser de color H o G una vez montado en una joya, ofreciendo mejor apariencia a un precio más accesible.
Esta mejora es más notable en diamantes de color J a N, donde la fluorescencia disimula los tonos amarillos. En diamantes de color superior (D-H), la fluorescencia es menos relevante, ya que estos ya son prácticamente blancos a simple vista.
Los diamantes con fluorescencia muy fuerte tienen un descuento aproximado del 3%. Sin embargo, aquellos con fluorescencia NONE, FAINT o MEDIUM mantienen precios estándar.
El Instituto Gemológico Americano señala que la fluorescencia, siendo una característica natural, no debería afectar significativamente el valor del diamante, ya que en la mayoría de casos no compromete su lustre ni belleza.
Para diamantes de color medio (J-N), la fluorescencia fuerte puede ser una ventaja económica sin sacrificar apariencia. En diamantes de color superior, esta característica tiene menor relevancia práctica.
9. El brillo de los diamantes: qué es y cómo se produce
El brillo del diamante es la característica más fascinante y deseada de esta gema preciosa. Muchas personas piensan erróneamente que el brillo está relacionado principalmente con el color y la pureza, pero la realidad es que la calidad de la talla es el factor más determinante para conseguir ese destello único que hace a los diamantes tan especiales. El brillo del diamante se produce cuando la luz entra por la tabla (faceta superior), se refracta en el interior y rebota de vuelta hacia nuestros ojos creando ese espectáculo luminoso característico.
Cuando hablamos del brillo del diamante, en realidad nos referimos a tres fenómenos ópticos distintos que trabajan juntos: la brillantez (luz blanca que refleja), el fuego (destellos de colores del arcoíris que se dispersan), y el centelleo (parpadeo o scintillation que se produce al mover el diamante). Estos tres elementos combinados son los que hacen que un diamante bien tallado capture nuestra atención y nos deslumbre bajo cualquier fuente de luz.
La magia del brillo reside en cómo el tallador ha trabajado las facetas del diamante. En una talla brillante (forma redonda) existen 57 o 58 facetas perfectamente calculadas: la tabla es la faceta principal superior, las facetas de corona descienden desde la tabla hasta el filetín o girdle (parte más ancha), y las facetas del pabellón van desde el girdle hasta el culet (punta inferior). Cada una debe tener proporciones exactas para que la luz entre, rebote internamente y salga maximizando el brillo.
Cómo la Calidad de Talla Determina el Brillo
Sin duda alguna, la calidad de talla del diamante es el factor principal que determina su brillo. La labor, experiencia y profesionalidad del tallador son esenciales para dar el lustre necesario y que la gema brille con todo su esplendor. La calidad de talla se evalúa en tres aspectos fundamentales: proporciones, simetría y pulido. Cada uno influye directamente en cómo la luz viaja a través del diamante y regresa a nuestros ojos.
Las proporciones perfectas garantizan que la luz que entra por la tabla rebote internamente en las facetas del pabellón y salga de nuevo por la parte superior del diamante. Un diamante con calidad de talla IDEAL o VERY GOOD permite que la luz entre y salga sin dificultad, produciendo un brillo perfecto e intenso. Por el contrario, las calidades GOOD, FAIR y POOR deben evitarse, ya que la luz se dispersa por la parte inferior o los laterales, perdiendo brillo y creando un aspecto apagado.
La simetría asegura que todas las facetas estén perfectamente alineadas y sean iguales a sus gemelas correspondientes, mientras que el pulido elimina cualquier imperfección en la superficie de las facetas que pudiera dificultar el paso de la luz. Aunque una talla de calidad EXCELLENT o VERY GOOD puede encarecer ligeramente el precio, la diferencia en brillo es tan significativa que siempre merece la pena exigir estas calidades para obtener el máximo destello y belleza del diamante.
Influencia del Color en el Brillo del Diamante
El color de los diamantes también influye en la percepción del brillo, aunque en menor medida que la talla. Los diamantes se clasifican con letras del abecedario: la letra D determina el color más incoloro (blanco excepcional), mientras que la letra Z indica tonos marcadamente amarillos o marrones. Los colores desde D hasta I son considerados incoloros o blancos, y en ellos el brillo es muy perceptible y natural cuando tienen una buena talla.
Hasta el color J, el brillo del diamante sigue siendo excelente y muy deseable, con apenas un ligero tinte amarillo imperceptible una vez montado en la joya. Sin embargo, a partir del color K y hasta la Z, lo que encontramos es un brillo menos natural donde los destellos amarillos están presentes, algo que puede restar elegancia y pureza visual al diamante. Los colores más blancos permiten que la luz se refleje de forma más pura, sin interferencias de tonalidades que alteren el espectro luminoso.
Para conseguir el mejor brillo posible, lo ideal es combinar un color blanco (D-H) con una excelente calidad de talla. Esta combinación garantiza que el diamante refleje luz blanca pura y destellos de fuego intensos, creando ese aspecto deslumbrante que todos buscamos. No obstante, incluso un diamante de color I o J con talla EXCELLENT brillará mucho más que un diamante color D con talla GOOD.
Cómo la Pureza Afecta al Brillo
La pureza o claridad de los diamantes también juega un papel en el brillo, aunque su influencia es menor que la de la talla. Las inclusiones (impurezas internas) pueden obstruir el paso de la luz a través del diamante, impidiendo que entre y rebote correctamente hacia la faceta principal. Hasta las calidades SI1 y SI2 (pequeñas inclusiones), los diamantes son muy limpios y las inclusiones no influyen prácticamente nada en el brillo del diamante.
Sin embargo, a partir de la pureza SI2-SI3, las inclusiones aumentan y pueden comenzar a interferir con el paso de la luz. Las calidades denominadas I1, I2 e I3 (Piqué 1, 2 y 3) presentan inclusiones visibles a simple vista sin necesidad de lupa de 10 aumentos, y estas impurezas influyen de manera determinante en la calidad del brillo, creando zonas opacas o menos brillantes dentro del diamante que interrumpen el espectáculo luminoso.
Para un brillo óptimo, se recomienda elegir diamantes con pureza entre FL (Flawless) y SI1, donde las inclusiones son mínimas o invisibles a simple vista y no afectan la reflexión interna de la luz. Recuerda que todas estas características deben venir expresadas detalladamente en el certificado gemológico del diamante, realizado siempre antes de que la gema sea engastada en la joya para garantizar mediciones precisas y fiables.
¿Cómo elegir un diamante?
Elegir un diamante no es tarea fácil, incluso para muchos joyeros. Como ya hemos visto, las 4C's (Color, Pureza, Corte y Peso) son fundamentales para evaluar un diamante. El color debe estar en el rango blanco (D-H) para garantizar un aspecto espléndido, la pureza debe tener inclusiones mínimas o imperceptibles (idealmente VS1 o superior), y el corte debe ser VERY GOOD o EXCELLENT para asegurar el máximo brillo. Aunque el peso influye en el precio por su escasez, no determina por sí solo la calidad o belleza del diamante.
Más allá de las clasificaciones técnicas que hemos analizado, elegir el mejor diamante se basa en saber qué quieres y cuánto puedes gastar. Un diamante perfecto sería color D, pureza IF y corte TRIPLE EXCELLENT, pero un diamante con color blanco (F-H), pureza VS1-VS2 y muy buena calidad de talla también es una excelente compra y mucho más accesible. Lo importante es encontrar el equilibrio entre estas características para que el diamante tenga buen brillo y las inclusiones no sean visibles a simple vista.
Consejos finales para tu compra: déjate guiar por un profesional de confianza y exige un certificado gemológico en diamantes a partir de 0,30 quilates, preferiblemente del Instituto Gemológico Americano (GIA). Evita certificados poco reconocidos como IGL o EGL. Recuerda que un buen color y pureza no garantizan un buen diamante si la calidad de talla es deficiente; como ya hemos explicado, el corte es fundamental para el brillo y la belleza de la gema.
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